Gran parte de nuestro futuro depende del desarrollo de la energía sostenible y su aplicación en todas nuestras vidas. La necesidad global de producir nuestros alimentos, electricidad, materiales de construcción y un sinfín de otras industrias nunca ha sido tan grande. Con cuellos de botella en la producción en todos los ámbitos, tenemos la tarea de encontrar soluciones para resolver estos grandes desafíos que tenemos por delante.
El uso a gran escala de combustibles fósiles ha hecho explotar la tecnología y el potencial de lo que los humanos pueden crear en los últimos 200 años. Sin embargo, con los cambios climáticos y la mayor profundidad de la investigación sobre opciones más limpias para producir la energía de la que depende nuestra sociedad, nosotros también debemos seguir evolucionando la forma en que desarrollamos el mundo que nos rodea.
El hidrógeno es una poderosa alternativa al metano (gas natural). También es el elemento químico más disponible y constituye la mayoría de nuestras plantas, animales y la vida que nos rodea.
Hoy en día, el hidrógeno se utiliza para impulsar cohetes, vehículos, edificios y muchas otras industrias. Hay nueve tipos de hidrógeno en el espectro de colores, pero la mayoría apenas se utiliza o carece de la infraestructura a gran escala para ser una solución impactante en la actualidad.
El hidrógeno gris es la forma de producción de hidrógeno menos respetuosa con el medio ambiente y, sin embargo, la más abundante. El hidrógeno gris se produce a partir de gas natural mediante la reformación de metano con vapor, pero el subproducto de dióxido de carbono no se captura antes de ser liberado a la atmósfera. Si bien genera mucha energía, el CO 2 es perjudicial para el medio ambiente y contribuye en gran medida al cambio climático. El hidrógeno gris también es responsable de alrededor del 95 por ciento de la producción mundial de hidrógeno en la actualidad.
El hidrógeno azul es muy similar al hidrógeno gris, pero el subproducto se captura y normalmente se almacena bajo tierra. Debido a que el gas natural se extrae del suelo, no falta espacio para almacenar el carbono capturado durante la producción de hidrógeno. En este proceso todavía se producen gases de efecto invernadero, pero no se bombean de regreso al aire que respiramos.
El hidrógeno verde se produce a partir de fuentes limpias y renovables como la eólica o la solar. El proceso implica que electrolizadores utilicen una reacción electroquímica para separar hidrógeno y oxígeno, lo que libera cero emisiones de carbono. Este proceso se llama electrólisis y representa una parte importante del hidrógeno verde producido.
A medida que avanzamos hacia una forma más sostenible de producir energía, el impulso a la energía verde es más fuerte que nunca. Si bien sigue infrautilizado, el hidrógeno verde tiene un gran potencial para generar energía en la que el mundo puede confiar sin las duras consecuencias de sus homólogos más sucios.
¿Por qué es una fuente de combustible tan buena?
Además de su potencial como fuente de energía sin emisiones, el hidrógeno es extremadamente denso en energía, lo que significa que tiene la capacidad de quemarse rápidamente y a una temperatura muy alta, lo que lo convierte en una fuente de combustible óptima para muchas industrias que utilizan enormes cantidades de energía. cantidades de poder.
La industria del acero por sí sola representa cerca del 10 por ciento de nuestras emisiones de CO 2 . El hidrógeno se puede utilizar para reemplazar el carbón como combustible, eliminando casi una parte gigante de nuestras emisiones en los próximos años. Existe la posibilidad de reequipar muchas industrias pesadas de CO 2 , por lo que se ha puesto mucho más énfasis en producir y almacenar hidrógeno para seguir generando un impacto en nuestra huella de carbono.
El hidrógeno también puede tener un impacto enorme en el campo de las baterías de vehículos eléctricos. Dado que la autonomía de las baterías de los vehículos eléctricos mejora cada año y la infraestructura se vuelve cada vez más abundante, los vehículos eléctricos se están convirtiendo en un método de transporte mucho más viable para el conductor cotidiano. Con la energía del hidrógeno, las baterías se pueden cargar en minutos en lugar de horas, por lo que los largos tiempos de inactividad que alejarían a la mayoría de los conductores están mejorando año tras año.
Si bien las instalaciones de producción de hidrógeno son un interesante paso adelante en la producción de energía, generan enormes cantidades de calor como subproducto. Sin una refrigeración adecuada, los procesos que separan el hidrógeno utilizable del agua son propensos a sobrecalentarse. Esto puede causar daños importantes, costos de reparación y tiempo de inactividad para las operaciones de hidrógeno. Para que estos sistemas funcionen a su máxima capacidad, es necesario abordar la cuestión del exceso de calor. Ahí es donde entra BAC.
BAC ofrece una amplia variedad de torres de enfriamiento secas y evaporativas, cada una de las cuales optimiza el enfriamiento sustentable con ahorro de agua y energía. Nuestros equipos innovadores ofrecen soluciones de refrigeración a industrias de todo el mundo, y la producción de hidrógeno no es una excepción.
El uso del hidrógeno como fuente de combustible ha dado vida a la perspectiva de un futuro más sostenible. Si bien persisten desafíos para hacer del hidrógeno el combustible principal en el futuro, es un gran salto en energía innovadora que tiene potencial para impulsar al mundo de manera sostenible para las generaciones venideras.